viernes, 12 de junio de 2009

Documento para dar inicio a la construcción de un manifiesto de la lucha de los trabajadores a honorarios.

Documento para dar inicio a la construcción de un manifiesto de la lucha de los trabajadores a honorarios.

Antecedentes generales

En Chile, en el transcurso de los últimos años, diversos economistas, empresarios y sectores de gobierno, se han jactado del “sano” crecimiento económico experimentado por esta región, en base a las “eficientes” fórmulas de desarrollo neoliberal y equilibrio macroeconómico. En ese contexto nuestro país ha sido exhibido por diversos personajes del neoliberalismo criollo, como modelo externo a seguir por los otros países de la región. La crisis global capitalista desatada desde Estados Unidos, ha puesto frenos a los teóricos del salvajismo económico, sin embargo, esta situación no se expresa –y no pareciera expresarse en un futuro cercano-, en cambios que puedan remediar la situación social generada, y apuntar a un tipo de desarrollo económico social.

Ahora bien, ¿es posible avanzar hacia un desarrollo económico social en nuestro país? La pobreza estructural, el aumento progresivo de la cesantía y las persistencia de las condiciones de precariedad laboral, nos indican que no. No mejora la distribución de la riqueza, ni se logran cambios significativos en la condiciones de vida de los chilenos. La tendencia general, por el contrario, sigue siendo que unos pocos son muy ricos, y las mayorías progresivamente tienen menos.

¿Cómo se hace posible esta situación?

Uno de los elementos centrales que posibilita la acumulación exacerbada de riqueza en manos de unos pocos, es la sobre explotación de la fuerza de trabajo. Esto se ha expresado en la implementación de un proceso de flexibilización precarizante, que rebaja los costos de las empresas traspasando los riesgos principalmente a la clase trabajadora.
En esta lógica se ha vuelto común que las empresas, como así también varios organismos del Estado, encubran relaciones laborales de subordinación y dependencia, tras el llamado contrato a honorarios. En otras palabras, existe hoy un grupo creciente de trabajadores, que carecen de cualquier derecho que implica una relación laboral normada bajo contrato, debido al uso ilegal y abusivo que hace la patronal del contrato a honorarios.

En definitiva, el avance de la flexibilidad laboral desregulada en Chile ha pasado a ser uno de los pilares estructurantes del modelo de desarrollo que sostiene el crecimiento macroeconómico del país y entonces es una realidad innegable que una porción importante de los trabajadores actualmente activos, carecen hasta de las más mínimas garantías en materia laboral.

Descripción de la problemática

En muchos casos, el trabajo a honorarios, no es más que un disfraz que esconde una relación laboral de dependencia. Con el abuso de esta forma de “contratación”, lo que sucede en definitiva, es que la empresa se ahorra todos los gastos previsionales, las horas extras y el pago de vacaciones, entre otros. Lo que es peor, al no existir un contrato de trabajo propiamente tal, se puede despedir al trabajador sin ningún costo ni pago de ningún tipo de indemnización.

En la condición de trabajador a honorarios, la protección laboral y social asegurada por la existencia de un contrato de trabajo (cobertura de salud, previsión social, salud y seguridad laboral, vacaciones, pre y post natal, pago de horas extras, etc.) no existe, pues no se reconoce como una relación laboral desde la normatividad del Estado. El código no rige para efectos de regular esta “prestación de servicios”, y por tanto, no es materia de ninguna de las instituciones estatales que se encargan de los asuntos laborales. Esta condición, deja a estos trabajadores en condiciones de precariedad absoluta.

Ahora bien, ¿donde es recurrente encontrar esta figura de trabajo?

Identificamos tres tipos de lugares donde trabajadores técnicos y profesionales frecuentemente trabajan bajo esta relación formal disfrazada:

1.- En el Estado. Parte importante de los cargos públicos que no son decretados por ley, son nutridos con profesionales financiados bajo esta modalidad de honorarios. Además hay una serie de trabajadores bajo una figura conocida como “a contrata”, que en la práctica no es más que la de un prestador de servicios con algunos de los “beneficios” que poseen los trabajadores de planta. Tenemos entonces que el estado es uno de los principales patrones que abusan de la flexibilidad y precariedad de una franja importante de trabajadores.

2.- Entidades privadas que le venden servicios al Estado. Muchas de estas empresas, “aliadas estratégicas” del gobierno, y que reciben casi todo su financiamiento de éste, funcionan con plantas casi completas de trabajadores que se encuentran ahonorarios. Esto a pesar que cumplen los mismos requisitos que cualquier trabajador, y por tanto, deberían estar contratados indefinidamente. Así, una vez más, el Estado a través de la tercerización y privatización de sus funciones, precariza la vida de muchos trabajadores.

3.- Finalmente, una franja muy grande de trabajadores a honorarios- y aquí caben trabajadores con o sin formación académica superior- trabajan para el sector privado. Empresas de producción o venta de servicios usan esta figura para deshacerse de todas las responsabilidades con sus trabajadores. Al igual que en los dos casos antes descritos, muchos de los trabajadores cumplen condiciones de trabajo permanentes (horario, salario, lugar de trabajo, fiscalización de sus tareas y subordinación de un superior), y por tanto, deberían tener contrato indefinido.


Breve análisis político

Esta situación descrita, no es un hecho aislado ni un sin-sentido que surgió espontáneamente. Ciertamente obedece a ciertos marcos y acuerdos políticos que en su trasfondo defienden intereses claramente establecidos y delimitados.

La flexibilidad laboral ha sido permanentemente parte del discurso y práctica de gremios y personeros políticos -tanto el oficialismo como la oposición-, que argumentan que esta condición es necesaria para el desarrollo económico del país y para la promoción de empleo. Suena bien, crecimiento y empleo, pero ¡alto!

… ¿Qué tipo de crecimiento se consigue?... ¿En qué condiciones se asegura el empleo?....

Cuando graficamos con cifras la realidad de nuestro país, podemos observar la desigualdad que se mantiene bajo esta lógica de desarrollo. Según el economista Hugo Fazio, solo el 1% de los individuos más ricos se quedan con el 22% de la riqueza total del país. Por tanto, si nos preguntamos quién crece con este modo de hacer las cosas, tenemos claridad que es un mínimo sector del país - donde se encuentras principalmente los ricos - y no los trabajadores.

Cuando se habla de creación de más empleos, vemos cada vez más como parte del itinerario, esta forma flexible y sin garantías para los trabajadores. El trabajo que se promueve es un trabajo precario, donde el trabajador no vive para desarrollarse integralmente como ser humano, sino por el contrario, debe preocuparse de su sobrevivencia día a día.

En primer lugar, porque no tiene seguridad si el día de mañana seguirá con trabajo, y por tanto, con ingresos. A esto le agregamos que, el trabajador carece de un sistema de salud decente que cubra cualquier tipo de accidente laboral o de una enfermedad compleja; es más, cuando un ingreso sólo sirve para comer y movilizarse, hasta una enfermedad simple, se convierte en un verdadero infierno de gastos. No hay derecho a vacaciones, el trabajador que vive en permanente presión, no tiene tiempo de descansos prolongados, lo que promueve la aparición de enfermedades de todo tipo. Las mujeres que quedan embarazadas, quedan automáticamente sin trabajo, porque no hay ninguna garantía que les permita el pleno desarrollo del embarazo a través de un permiso pre y post natal.

Así podríamos seguir “descubriendo” las diversas formas en que se expresa la precariedad de los trabajadores tercerizados y que es el costo de ese argumento que a simple vista parece tan positivo para la “creación de puestos de trabajo”.

En síntesis, lo que queremos plantear desde nuestro lugar como trabajadores, es que detrás de esta figura, a ratos normalizada como si fuera natural, hay una intención y hay personas que organizan esta forma de precariedad laboral, ya que les es conveniente por donde se les mire; es toda una ciencia de la explotación. Todos estos sujetos componen un grupo, una clase social que busca mediante cualquier forma, acrecentar sus riquezas.

Sindicato como herramienta para defender nuestros derechos


En primer lugar, tenemos la convicción de que hay que dar frente a esta ofensiva patronal. Somos trabajadores, como cualquier otro, vendemos fuerza de trabajo y cumplimos con todo lo que un trabajador hace, y por tanto, tenemos derechos, pero estos no son respetados.

Es necesario hacer valer nuestros derechos como trabajadores y esto, como ya sabemos, no lo va a resolver el gobierno, que es en definitiva, el primero en precarizar y usar esta forma eficiente de explotar. Menos se lo pediremos a los empresarios de buen corazón, porque no existen. Somos nosotros, trabajadores concientes de sus derechos quienes debemos exigir y pelear por nuestras condiciones laborales.

Debemos organizar nuestra fuerza, y luchar por una vida mejor. Esto no se hace en el aire, necesitamos un medio, una herramienta que canalice esta situación. Espacio de reflexión y de acción que permita revertir esta situación.

En la historia de la defensa de los derechos de los trabajadores hay dos elementos que son clave: primero, que las únicas mejoras en las condiciones de los trabajadores han sido producto de la lucha organizada de los propios trabajadores. Y segundo, la herramienta que ha permanecido en la historia, con sus logros, victorias y derrotas, han sido los sindicatos.

Propuesta Sindical

Después de señalar que la herramienta sindical es el instrumento fundamental para la defensa de nuestros derechos como trabajadores, hoy estamos aquí para proponer, discutir y construir un sindicato que combata esta situación.

Nuestra propuesta es:

Constituir un sindicato importante (no menor de 500 socios) que agrupe a los trabajadores, técnicos y profesionales tercerizados.
Establecer democráticamente cuales serán las demandas centrales del sector.
Elaborar una estrategia para que se termine con esta forma usurera de trabajo, tanto para los trabajadores públicos, como privados.
Denunciar a la opinión pública el carácter injusto y perverso de este mecanismo de trabajo con el fin de generar un rechazo cada vez más fuerte en la sociedad.
Desarrollar tácticas y procedimientos concretos para que los socios pasen a planta y mejoren sus condiciones automáticamente.
Dar cobertura legal a los socios del sindicato.
Promover la relación con Asociaciones gremiales del sector público y organizaciones sindicales en el terreno de lo privado, para fortalecer un movimiento clasista que termine con la flexibilidad y el trabajo precario.

POR LA CONSTRUCCION DEL SINDICATO NACIONAL DE TRABAJADORES A HONORARIOS (SINTHONO)

ARRIBA LOS QUE LUCHAN

NUNCA MÁS SOLOS



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